DE LOS CRISTALES SE HACEN LAS VIDRIERAS

En Burgos se conservan las piezas más antiguas que se conocen de la vidriera españolas, siendo en la Edad Media la ciudad donde se establecieron los vidrieros más importantes de la península.

Esta sobrevivió al mismísimo Napoleón.

Las vidrieras constituían un elemento decorativo y artístico, a la par que religioso, siendo un buen ejemplo de ello los restos más antiguos que se conocen, del Real Monasterio de Santa María de Las Huelgas, en cuya Sala Capitular se conservan tres vidrieras (San Pedro, San Pablo y San Juan) que encaja en el llamado Estilo 1200, de transición al Gótico.Sin olvidar las de la Catedral o de la Cartuja de Miraflores.



El libro de Víctor Nieto,la Vidriera Española se ha presentado, en una nueva reedición, en el Museo Thyssen-Bornemisza de Madrid.En él se actualizan algunos datos que afectan al rosetón de la fachada del Sarmental de la Catedral de Burgos, tras cuya limpieza han parecido fragmentos del siglo XIII.




La técnica para la fabricación de vidrio y la construcción de vidrieras ha llegado casi hasta nuestros días

El vidrio era soplados con caña en forma de cilindros para después aplanarlo en láminas de diverso grosor. Estas eran cortadas mediante una barra de hierro al rojo vivo y luego formateadas con una especie de alicate, en función a las formas de cada diseño. Posteriormente se trabajaba sobre una tabla de madera recubierta por una fina capa de yeso con una punta de plomo.Los componentes principales utilizados para la fabricación del vidrio eran una parte de arena y dos partes de cenizas de madera de haya. Mediante la adición de determinados óxidos metálicos a la masa vítrea, se obtenían los vidrios de color, predominando los rojos, azules, verdes y amarillos en sus diferentes tonalidades. Para obtener el vidrio rojo se añadía óxido de cobre,que las manos del artista transformarían en esos envolventes efectos de colores de la estancia correspondiente.



En los ventanales más altos del edificio se usarían vidrios azules o rojos con esbeltas figuras de gran tamaño ocupando uno o varios paneles y acompañados de una cenefa.
Sin embargo, en los ventanales más bajos y cercanos a los fieles, se preferían las vidrieras compuestas por medallones con escenas de reducido tamaño sobre fondos abstractos de composición geométrica o vegetal. Siempre teniendo en cuenta la luminosidad del interior del templo y sus afinidades religiosas para que lo que se solían poner los nombres de los santos que representaban.
En las vidrieras pintadas se usaban amalgamas fundibles aplicadas en frio sobre el vidrio que posteriorementes se cocerían a altas temperturas.


A base de plomo, estaño y los bastidores que soportarían la vidriera se conseguía el cerramiento de la estancia y el ambiente de paz y religiosidad de los fieles.





Burgos, origen del desarrollo del arte de las vidrieras en España, reivindica su lugar, aún reconociendo las maravillosas vidrieras de la Catedral de la ciudad hermana, León.