31/1/10

JALARSE UN ROSCO

San Lesmes es el patrón de Burgos.

Como era francés le celebramos en invierno con frio y nieve, pues a los otros patrones de la ciudad, San Pedro y San Pablo, más mediterráneos, les sacamos por Junio que hace algo mejor.




En honor a San Lesmes nos solemos jalar un rosco, " El rosco de San Lesmes", que se diferencia del roscón de Reyes que es un bollo, en que está realizado en hojaldre y, como el de Navidad, puede ser de crema o nata.





Este año la pastelería Juarreño esconderá un billete de 500 euros (será una fotocopia con el mismo número de serie) en un rosco de cada una de las tres tiendas que tiene distribuidas por la ciudad.
Los que no tengan la fortuna deberán consolarse con el báculo del santo y los más remolones a la hora de pagar pueden estar tranquilos porque el postre de San Lesmes no contiene la temida haba.






La pastelería El Juarreño,cuyos antepasados procedían de la zona de Cueva de Juarros, Cuzcurrita de Juarros, Mozoncillo de Juarros,Salgüero de Juarros, San Adrián de Juarros,San Millán de Juarros, Brieva de Juarros,Santa Cruz de Juarros o Ibeas de Juarros, vaya Ud. a saber,también venden pastelitos de diseño.





Nuestro patrón, San Lesmes, nació En Loudun, en el Poitou francés, allá por el 1.030. De su infancia poco se sabe, pero es probable que al igual que otros hijos de noble se formase en alguno de los conventos de su región. En su juventud, siguiendo el deseo de su padre, entró al servicio del Ejército del Rey de Francia, donde dio grandes muestras de valor y demás virtudes militares siendo un ejemplo para sus compañeros y subordinados.







A la muerte de sus padres abandonó el ejercicio de las armas, repartiendo sus pertenencias entre sus escuderos y después de peregrinar a Roma tomó el habito de S. Benito en la Abadía de “Domus Dei”, la actual “Chaise Dieu” en la Auvergne cuando era Abad S. Roberto, poco después fue ordenado sacerdote en Clermont – Ferrand. A la muerte de S. Roberto es elegido Abad por toda la comunidad, pero como su humildad no le permitía el ejercicio de tan alto cargo renunció a él dos años mas tarde, en esta época ya se le conoce con su nombre latino de Adelmus.








Pronto adquiere fama de santidad, llegando a sanar milagrosamente a la Reina Matilde, la esposa de Guillermo “el Conquistador”, de la misma forma que libraba de la peste a quien comía del pan por el bendecido.
Constanza de Borgoña estaba casada a la sazón con Alfonso VI de Castilla, quien siempre había mostrado preferencia para sus matrimonios por princesas extranjeras y es, precisamente Dª. Constanza; conocedora de la fama de Adelmus, quien se empeña en hacerle venir en contra de sus deseos a Castilla.
Obligado de esta forma y obedeciendo el deseo del Papa Gregorio VII de sustituir en Castilla el rito mozárabe por el latino, llega a Burgos sobre el 1.081, siendo recibido por los reyes quienes le nombran: Consejero, Confesor y Abad de su Reino, siendo muy posible que en esta época coincidiese con el Cid Campeador en algún acto de la Corte. Pronto los castellanos, ante la dificultad de pronunciar correctamente su nombre, lo van adaptando a su lengua, así primero es Adelelmo, después Adelelme y Alesmes, hasta llegar a Lesmes, nombre por el que es, a partir de entonces, conocido.


En el 1.085, Alfonso VI le pide que le acompañe en la toma de Toledo: “El Rey dispuso sus ejércitos de una parte del Tajo, sitiando la ciudad, de los moros mucho bien guarnida. Una noche díjole Lesmes al Rey que aprestase sus gentes pues aquella misma noche se había de tomar Toledo. Estando descuidados los moros, por donde el río era mas profundo, tanto que se podía navegar, Lesmes trazó la Señal de la Cruz sobre las aguas, pasando el río a lomos de un rucio o jumentillo, sin que llegase la agua a mas de las corvas de su caballería y así le siguió todo el ejercito y aquella noche se tomó Toledo”

“Quiso el rey agradecerle esta milagrosa intervención, dándole a elegir, entre los de su reino, el mejor lugar que le conviniera para poder servir mejor a Dios”, a lo que Lesmes contestó que tan solo quería: “La capilla elemosinaria de Sant Joan que para emendacion de los pecados y recoger a los pobres pelegrinos has mandado construir en Burgos”.

Pareciéndole poco al Rey y le dio, no solo, la Capilla de S. Juan, si no también el Hospital y Monasterio del mismo nombre que aun están sobre el Camino de Santiago y durante siglos fueron un importantisimo hito de la hospitalidad jacobea: “Para que allí mores con los freires de Sant Benito y fagais preces por mi el Rey, por Doña Constanza la reyna nuestra señora y por toda Castilla”.

En Burgos, LESMES vive austeramente, repartiendo cada día panecillos a los pobres, a los que conforta e incluso bromea con ellos según cuenta la tradición. Además de los numerosos milagros que se le atribuyen en esta época, todavía es reconocido en Burgos por las importantes obras de saneamiento y encauzamiento de ríos que el mismo dirige, posiblemente aprovechando conocimientos de su etapa militar y que evitaron la peste y las inundaciones que sufría periódicamente la Cabeza de Castilla.



Pan duro les daría San Lesmes a esos políticos poltroneros por permitir que su monasterio de San Juan esté siendo invadido por los hierbajos.
Hoy salen todos ellos con una capa , y tampoco está mal pensado, que todos los responsables de esa vergüenza de piedras sagradas abandonadas en pleno centro de la ciudad saliesen todos ellos "capados".

¡¡¡Viva San Lesmes¡¡¡


El que no sea muy partidario del dulce también puede degustar alguna "tapa" del concurso de tapas, que en algunos bares están realmente exquisitas.

8 comentarios:

Merce dijo...

En Burgos andan mis padres celebrando S. Lesmes.
Aquí también hacemos una celebración, con olla podrida incluida en su honor.

Besos, Ata.

Novicia Dalila dijo...

Feliz San Lesmes, Ata.

Aquí tenemos un rosco como ese para la Almudena (09/11, tb. en otoño/invierno, pero como va tapadica no pasa frío). La llamamos la corona de la Almudena, y es parecidísima al roscón de Reyes, pero yo prefiero sin duda este último. Es que soy una sentimental...



Un beso

Daniel F. dijo...

Pues que sepan los de la capa, que sabemos que sus colores y los nuestros no son en la mayoria de las ocasiones los mismos. Que aunque se escondan y se disfracen de compatriotas, les estamos descubriendo....

Ahora parece ser que el camino de Santiago pasa por bayadoliz, que tíos, que poca vergüenza....

Prefiero las tapas primero y el rosco después...

Atapuerques dijo...

Bravo Merce: En tu honer he puesto el himno, que sé que te emociona.
Muchos besos.

Atapuerques dijo...

Lo importante Novicia es comerse un rosco.Bonita la catedral de la Almudena, pero no os la cambiamos.


Muchos besos

Atapuerques dijo...

Si esas ruinas tan céntricas del Monasterio de San Juan hubieran estado en ese sitio que tú nombras, Temujin, ahora estarían reformadas y ocupadas por alguna consejería. Mientras tanto los unos por los otros el convento sin barrer.
Dices bien, tapas, Ribera y rosco.
Un saludo

María dijo...

¡¡Ah, pues yo lo siento muchísimo pero a mi me dejáis que haga una visita a esa confitería vuestra del Jurreño!! pero ¡¡Qué pintísima tiene todo, xD!! ja,ja,ja

Yo del rososco ese, como que no soy mucho...Pero soy adicta a todo lo que se ve en la foto de los dulces..

¡¡Oye!! y vaya precioso, que es vuestro himno, no me extraña nada que Merce se emocione, si me emociono hasta yo...ja,ja,ja No lo había oído, nunca...Fíjate, tiene un toque semejante al de León...

En fin, y del bueno de Lesmes, pues no sé que decirte, que parecía muy majete, la verdad, con su versión mar Rojo de Moisés, pero frente a Toledo, en fin, que disfrutéis mucho de vuestras fiestas...

Y por fa, ATA,
la próxima vez que vengas de visita a casa, en lugar de Rivera de Duero, si no te importa y puedes, me traes unos pastelillos de "El Jurreño"
¿vale? ¡¡No sabes cómo te lo agradecería!! ;-)

Muchos besos.

Atapuerques dijo...

Santa María: Santa hay que ser, María, para tragarse el himno a Burgos, sin ser burgalés, pero bueno, como eres muy musicóloga, te gusta y me alegro.
Repite conmigo, Jua, Jua, Juarreño, así se dice, Juarreño y te ganas una docena de sus pastelillos, que sí que están muy ricos. Iré por tu casa a ver qué pasa con esa chica tuya tan rebelde, aunque creo que es más maja que las pesetas y es que te se escapa algo de las manos, y a tí eso no te gusta.
Muchos besos