CHAMARILEROS CON POTRA

En días como estos de heladas y nieve, los chamarileros preparabamos nuestras potras, concretamente en la Calle de San Cosme. Eran unos treinta metros de hielo y nieve pisada y bien alisada de potra sobre la que nos deslizábamos toda la chavalería del barrio. Si tenías "potra", suerte, chorra, no te dabas una culetada, ni te abrías de piernas y te herniabas (dicen que potra puede significar hernia), ni te caias de testículos, en latín, potra.
A veces llegaba el guripa, echaba sal y nos dejaba sin potra.

La señora María, como iba temprano a misa a la Iglesia de San Cosme y San Damian, el uno comía queso y el otro comía pan..., pues no se percató de la existencia de la potra y se espatarró, con todas las enaguas al aire y la bota por el suelo (Era muy debota la Señá María), y lo peor, el brazo roto.Vino a verla su paisano de Cuevas de San Clemente, Modesto Ciruelos,pues era muy aficionada a la pintura, y le regaló un cuadro de la misma temática que expuso en la Exposición Internacional de París de 1937 en el Pabellón de la II República Española junto al Guernica de Picasso y Juan Gris, pues ella era muy aficionada a la pintura.





Lo de Chamarileros nos los puso de mote Santa Teresa de Jesús cuando vino a Burgos a fundar su último convento. La monja aparcó su carro a las puertas de la Iglesia de San Cosme, y cuando fue a recogerlo a la mañana siguiente, se encontró con que le habían birlado dos ruedas, y dicen, que montando en colera dijo: ¡ En este barrio no hay más que CHAMARILEROS !

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